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Sweet Tooth: una encantadora propuesta a ritmo muy lento

Netflix, DC Comics y Robert Downey Jr. como productor. Esos fueron los elementos que me engancharon para esperar con ansías la nueva serie del gigante del streaming que, aunque no decepcionó, pudo ser mucho mejor

Aquí tenemos la historia de Gus, un híbrido humano-animal, quien crece en medio de la peor pandemia de la historia y se aventura junto a sus primeros amigos a encontrar a su madre en medio de un mundo que ha decidido cazar a su especie.


El primer punto a favor es su universo que te atrapa ya que junta esa estética de cuentos de hadas mezclada con una narrativa de distopía; volviéndose esta historia un digno descendiente de El Principito.


Obviamente esta trama destaca mucho por tener una pandemia como pilar dramático. A diferencia del pasado, ya los virus mortales no se sienten parte de la ficción sino está tan cercano a la realidad que el aislamiento, los tapabocas y el miedo en la historia es algo con lo que se empatiza. Especialmente porque se le agrega elementos como aquella flor que crece cerca al contagio, mostrando que la fantasía y apocalipsis biológico realmente merecían encontrarse.


Los personajes son bastante buenos para que el espectador se interese tanto por la trama principal del niño ciervo optimista junto a un adulto y una adolescente que están perdiendo la esperanza; al mismo tiempo de ver a un doctor irse al lado oscuro con tal de salvar a su esposa.



Sin embargo, creo que este relato tiene un gran error y es que esta historia no debió tener 8 capítulos, debió tener un máximo de 6 e incluso muchas veces pensaba que esto hubiera funcionado como una película ya que la trama, aunque no se sienta lenta por los buenos diálogos y que constantemente nos impresionan con paisajes de las locaciones exteriores, hay capítulos en que ocurren muy pocos hechos relevantes. Hay un capítulo donde literal en los 50 minutos lo único que sucede en la trama principal es que cruzan un puente y en la subtrama que encuentran una cuerda rosa del enemigo.


De ese modo, la serie funciona bien a modo binge waching para verse en un fin de semana de corrido, pero si se visualiza con más calma, ese error del ritmo se hace bastante evidente. A pesar de todo, lo que aplaudo es su capítulo final lleno de tensión y que rompe completamente con el esquema para que la 2da temporada sea totalmente trasgresora.


Así que, en conclusión, Sweet Tooth se alza como un deleite visual por su increíble producción que incorpora el bello contraste del sutil colorido de la fantasía con la de un mundo desolado, el cual guarda el gran misterio de su origen.

 
 

Por Sebastian López

Guionista audiovisual finalista en Bogoshorts y Smartfilm. Redactor de contenidos cinematográficos en Cazadores de Historias.


Instagram: @Cazadoreshistorias

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