- Revista Acine
The Father, una historia que te recordará el olvido que seremos. (#SOSColombia)
En ocasiones solemos olvidar las cosas que vemos, escuchamos o prácticamente que vivimos ¿No se han dado cuenta que a medida que cumplimos años los recuerdos son cada vez más difusos? ¿O no perciben que cuando cuentan una anécdota siempre le quitan o le ponen un evento que de por sí no sabemos con certeza si pasó de esa forma o estamos inventando algo que tomamos como real?

Y a medida que pasa el tiempo, muchos nos cuestionamos si queremos realmente llegar a viejos. Tal vez, por miedo que en algún momento no podamos depender de nosotros mismos por alguna ineficiencia física o mental. Ser un cero a la izquierda y no porque tu familia no te ame sino de parte de la sociedad, ya sea por demencia senil o hasta porque tienes que usar pañales 24 horas. Cualquiera que sea el motivo, en algún momento seremos insuficientes para el cotidiano de quienes nos rodean. Entonces, ¿seremos capaces de aceptar el riesgo de llegar a la vejez?
Justamente en The Father se tocan estas temáticas deprimentes. ¡hay que aceptarlo!, no te vas a encontrar con un final feliz. Igual, eso es lo menos importante pues Florian Zeller, director y escritor de la película, nos da una cátedra de dramaturgia al adaptar su obra de teatro, a un espectro cinematográfico aún más enriquecedor.
“The Father, tiene un poder inmersivo que es incomparable a lo que se le parezca”.
Comencemos hablando de lo más fundamental en el film, que son sus personajes interpretados por actores fascinantes. Estamos en presencia de dos ganadores de la academia: por un lado, tenemos a Olivia Colman quien desde The Crown no ha dejado de sorprendernos. Y, por el otro, tenemos al icónico Anthony Hopkins quien con esta nueva interpretación, considero que superó a El Silencio de los Inocentes, tan sorpresivo fue su roll de viejo demente que fue acreedor de un Oscar.

Más allá de tener un gran elenco, debo resaltar que el montaje es un personaje más. Se arma un tejido narrativo a través de la perspectiva donde el tiempo es un constante presente. Es como si las escenas estuvieran presentadas en desorden pero al mismo tiempo interconectadas por un diálogo lineal. En ellas, los actores cambian pero los protagonistas no, como si estuviéramos en un libro de Cortazar. A esto, se le suma una puesta en escena claustrofóbica en la que los escenarios se vuelven laberínticos con el propósito de jugar con la memoria del espectador, cambiando o añadiendo objetos de un lugar a otro, todo en dependencia de la perspectiva repetitiva del personaje.
En fin, muchos podrían considerar que el morbo de jugar con la memoria de un viejo gusta de la crítica, ya que han existido otros títulos prestigiosos reconocidos por la academia como Amour o Always Alice. Lo cierto es que The Father, tiene un poder inmersivo que es incomparable a lo que se le parezca. Mejor dicho, vayan a verla y si no la entendieron vuelvan a verla. Y si no los atrapó, pues, no me jodan, son unos insensibles. ¿Saben qué? Mejor olviden lo que dije, como solemos hacer. (#NosEstánMatando).

Por Diego Sierra (Patán)
Caricaturista de opinión para el periódico El Espectador y diversos proyectos audiovisuales.
Instagram: @un.espectadormas